De tradiciones y
costumbres las hay de muchos tipos y en líneas
generales hay dos ramas. Las que hablan de aquellos principios que
fundamentan los usos y costumbres de una determinada religión, clase social o
cultura, lenguaje…y el otro tipo de tradición, es aquella que se fundamenta en el
conocimiento adquirido por el hombre en el transcurso de cientos de miles de
años de experiencia en todo aquello que tiene que ver con procesos de la
naturaleza para uso o disfrute de la misma.
Durante décadas el
esfuerzo de la sociedad ha sido alejarse en general de todas las tradiciones
que nos han sido transmitidas por sentirlas como un yugo, como un freno a nuestras ansias de libertad y experimentación. Nuestra generación, que ha perdido ya muchas, se
encuentra en un momento de auténtico cambio de paradigma y huérfana de un
conocimiento perdido que ha costado centenares de siglos en ser aprehendido.
Quisiera de nuevo
distinguir entre las tradiciones. Por un lado tenemos las que hacen referencia
a un conocimiento de la naturaleza y por otro lado aquella tradición que emana
de los usos y costumbres que pertenecen al ámbito de lo religioso o cultural. Es importante la distinción, ya que han
sido estas últimas las que han mantenido esclava a la sociedad sin avanzar durante siglos.
Así pues, aquella
tradición que hace referencia a las labores de la tierra, de los oficios, de la
alimentación, de las propiedades de las plantas, de tantas y variados ámbitos del conocimiento
humano es un pequeño tesoro que merece la
pena conservar, cuidar y mimar por parte de toda la sociedad.
Sin embargo, el camino
emprendido por la sociedad y los gobiernos actuales no nos llevan más que a la
desaparición de aquello no competitivo. Parece o se intuye un cambio pero deberá
sustanciarse, proteger y ayudar a aquellas labores y oficios de nuestros antepasados se ve
como algo necesario en un momento como el actual en el que los referentes andan
cambiando como veleta al viento.
Deseamos, pues es del
todo necesario, encontrar un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo, entre lo de
toda la vida y lo más moderno.