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lunes, 25 de enero de 2016

SOBRE LAS TRADICIONES

De tradiciones y costumbres las hay de muchos tipos y en líneas generales hay dos ramas. Las que hablan de aquellos principios que fundamentan los usos y costumbres de una determinada religión, clase social o cultura, lenguaje…y el otro tipo de tradición, es aquella que se fundamenta en el conocimiento adquirido por el hombre en el transcurso de cientos de miles de años de experiencia en todo aquello que tiene que ver con procesos de la naturaleza para uso o disfrute de la misma.

Durante décadas el esfuerzo de la sociedad ha sido alejarse en general de todas las tradiciones que nos han sido transmitidas por sentirlas como un yugo, como un freno a nuestras ansias de libertad y experimentación. Nuestra generación, que ha perdido ya muchas, se encuentra en un momento de auténtico cambio de paradigma y huérfana de un conocimiento perdido que ha costado centenares de siglos en ser aprehendido.

Quisiera de nuevo distinguir entre las tradiciones. Por un lado tenemos las que hacen referencia a un conocimiento de la naturaleza y por otro lado aquella tradición que emana de los usos y costumbres que pertenecen al ámbito de lo religioso o cultural. Es importante la distinción, ya que han sido estas últimas las que han mantenido esclava  a la sociedad sin avanzar durante siglos.
Así pues, aquella tradición que hace referencia a las labores de la tierra, de los oficios, de la alimentación, de las propiedades de las plantas, de tantas y variados ámbitos del conocimiento humano es un pequeño tesoro  que merece la pena conservar, cuidar y mimar por parte de toda la sociedad.

Sin embargo, el camino emprendido por la sociedad y los gobiernos actuales no nos llevan más que a la desaparición de aquello no competitivo. Parece o se intuye un cambio pero deberá sustanciarse, proteger y ayudar a aquellas labores y oficios de nuestros antepasados se ve como algo necesario en un momento como el actual en el que los referentes andan cambiando como veleta al viento.

Deseamos, pues es del todo necesario, encontrar un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo, entre lo de toda la vida y lo más moderno.

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