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domingo, 1 de febrero de 2015

EN LA UMBRA DE LA LUNA



 Para que nuestra luna haga Umbra necesita del Sol y La Tierra.

Es evidente que sobre el planeta en el que vivimos recae una parte importante del destino y forma de nuestras vidas.  Sin embargo el sol y la Luna, lo queramos o no, rigen nuestra vida y destino en nuestro caminar sobre La Tierra. Breves pinceladas son las mareas provocadas por nuestras Luna, pasando por  las tormentas solares del Sol que llegan a afectar a nuestra red eléctrica o simplemente quemaduras solares producidas por una sobreexposición al astro rey…

Es sabido que estos dos astros también han penetrado en nuestra tradición y su poderosa influencia se extiende a lo largo y ancho de la cultura humana. Los ritos de la noche de San Juan, la noche más corta, o la Navidad, el renacer del sol después de las 3 noches más largas, las famosas noches de luna en los Hospitales, son tan solo de nuevo, 3 ejemplos del grado de influencia de estos cuerpos celestes.

 Nuestra sociedad occidental liberada de una parte ya del poder eclesiástico que dominaba el modo de vida de ésta civilización, está actualmente  inmersa en sus propias problemáticas y necesidades. Este hecho juntamente con el extraordinario grado de conocimiento que estamos adquiriendo del universo que nos rodea más allá de nuestra atmosfera, nos ha revelado una leyes físicas y químicas que son combinadas las que rigen el caótico universo.

Nuestros ancestros lejos de nuestras posibilidades científicas, todo y que descubrieron ciertos patrones del mecanismo celestial, la gran ignorancia de los diversos fenómenos los sumergió en la religiosidad sobrenatural de los fenómenos relativos a estos astros. La cultura religiosa, y sus élites envolvieron y revistieron de poderes sobrenaturales a los astros, entre ellos a nuestro Sol.

Y es muy comprensible dado que el ser humano busca encontrar siempre una explicación a los fenómenos, y para cuando no la había se hablaba de "fuerzas, entes, seres, entidades, deidades sobrenaturales", es decir, que está fuera de nuestra comprensión.

 Hoy en día, el imparable avance tecnológico desde el siglo XVII (no hace tanto…) hablamos de que no hay evidencias científicas y dado que el conocimiento adquirido está en relación directa con la mejora de la tecnología, es lógico pensar que a medida que nuestra ciencia avance podremos dar todavía más explicaciones de aquellos fenómenos que no conocemos su mecanismo. Esto es así porque todavía nuestra ciencia no ha alcanzado el grado tecnológico para ello.

Así pues estamos cada día dando  un paso más hacia el alejamiento de estas influencias, dando la espalda hacia las creencias que desde tiempos más remotos donde la historia da paso a la prehistoria, ha influido decisivamente en nuestra tradición cultural.

Los Mayas, los Incas, las diversas sociedades Mesopotámicas entre muchas otras, se sentían cautivas de la influencia de estos astros. Un breve estudio de estas  antiguas culturas nos revela este hecho "tan humano". Se erigieron templos para adorarlos y así con el tiempo apareció la idea de un Dios todopoderoso que todo lo gobernaba. pero que todavía a día de hoy nadie lo ha podido ver ni fotografiar. Sin embargo nuestra imaginación si nos ha permitido imaginarlo y pintarlo.

Llegado aquí hemos de admitir que para que nuestra mente pueda producir, debe necesariamente de alimentarse y mezclar ideas para producir nuevas, y así es.

 Y es ahí, cuando esta tarde, delante del televisor, y viendo un gran documental, he atinado de donde sale la única imagen clara que tiene la humanidad de Dios y que sólo aparece en la Umbra de un eclipse total de Sol.
Sólo cada dos años tiene lugar este suceso astronómico y solamente es una tenue mancha de Umbra que avanza por algun punto de nuestro globo a 1600 kilómetros por hora, tan sólo disponemos de 8 minutos pare disfrutar de este maravilloso espectáculo.

De ahí que la espectacularidad del suceso levantara todo tipo de sospechas en el pasado, para ellos eran realmente mensajes de Dios.
En2026 y 2027 tendremos grandes encuentros...

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